Yo ya había visto la nieve. Recuerdo que la primera vez que vi nevar me quedé con cara de lelo, esa cara que ponen los niños cuando entran en una tienda de juguetes. Me dijeron que "bah, eso no es nevar bonito" pero a mí me dio igual. Al año siguiente vi nevar "bonito": unos copos enormes y claro, mis amigos y yo empezamos a hacer lo que todos los que vienen de un sitio en el que no nieva nunca: hacer el indio.
Normalmente la rutina de los miércoles es: levantarse, desayunar, ir a clase de Polaco, comer con la gente de clase (comentando que echamos de menos la comida de casa), hacer algo de tiempo en la biblioteca y quedar con Magdalena. Magdalena es una chica que estudia Ingeniería civil aquí en Varsovia, sabe un poquito de Castellano y se ha ofrecido para enseñarme Polaco a cambio de aprender algo más de Castellano. Los miércoles quedamos durante una hora y media y entretenemos a la gente de la cafetería que nos mira con cara de "qué dicen esos dos".
Esto no tiene nada que ver con la nieve ni con el frío, pero como este miércoles probé la cerveza caliente (los polacos la toman para combatir el frío), pues lo cuento (que para eso el blog es mío). La cerveza caliente lleva canela, miel y algunas hierbas (mi nivel de polaco no llega para descifrar todas las cartas de las cafeterías). Y lo cierto es que viene muy bien para el frío, mi garganta da fe de ello, ya que desde entonces está como nueva. Lo malo, es que la cerveza... mejor fría.
Despúes de todo esto tocaba ir a pagar el viaje a Cracovia (estar de Erasmus no es sólo hacer turismo y viajes, pero no cuento lo del proyecto porque sino esto no lo leerían ni mis padres) y como echamos más tiempo del pensado, pues decidimos ir al cine.
Despúes de todo esto tocaba ir a pagar el viaje a Cracovia (estar de Erasmus no es sólo hacer turismo y viajes, pero no cuento lo del proyecto porque sino esto no lo leerían ni mis padres) y como echamos más tiempo del pensado, pues decidimos ir al cine.
De camino empezó a llover "raro" y al bajar del tranvía me di cuenta de que era nieve. No nevó mucho, pero si lo suficiente como para cubrir los coches de nieve.Y ayer sábado, si que cayó una señora nevada, con copos de nieve del tamaño de los percebes de Malpica (como puños). Y claro a hacer el indio. El repertorio de estupideces de The Warsaw incluye: lanzamiento de bolas de nieve, mensajes obscenos en los coches (total, como están en castellano), lanzamiento de nieve a lo Lebron James y como no, ángeles.
El resultado está aquí abajo. Y bueno, con esto hasta el lunes o el martes, que hay contar cómo se vive el Barça - Madrid en Varsovia. Por cierto, a petición de uno de los editores de The Warsaw Volta, aquí está la canción de esta semana.