Esta semana, por unas o por otras, no he hecho nada cultural. Lo digo porque ésta va a ser una de esas entradas en las que no voy a contar nada interesante ni turístico de Varsovia (a partir de ahora las llamaremos entradas "Meg"), así que si alguien quiere cerrar el blog y no abrirlo hasta la semana que viene, no habrá represalias; en serio, sin rencores.
Normalmente, la semana en la redacción de The Warsaw Volta, empieza con el madrugón de los lunes para ir a clase. Son dos horas, en las que los estudiantes que realizan el proyecto de fin de carrera con Janusz, pero éste lunes en concreto, el tal Janusz nos hizo quedarnos a otra reunión con los que formaban parte del grupo que prepara el coche de la Fórmula SAE de este año y la verdad es que la reunión fue todo un espectáculo: siete estudiantes que intentaron hablar en inglés durante cinco minutos, pero que no cuajó y que acabaron hablando en polaco durante dos horas para fomentar la integración de los nuevos, es decir, nosotros.
Pero bueno, dentro de lo que cabe hasta fue gracioso, lo malo es que el tal Janusz nos ha hecho trabajar: nos ha dado la llave de lo que me gusta llamar "mi despacho", pero que no es mío porque mi nombre no está en la puerta y lo comparto con más gente.
Pero lo mejor del lunes es la hora de la comida, hay un sitio a 5 minutines de la universidad donde quizá porque es muy barato, es fácil sentirse como en España (parece que los españoles no tienen casa). El caso es que antes de ir ahí hay que concienciarse de que por la friolera de 22.5 PLN se puede uno meter entre pecho y espalda: ensalada, patatas fritas, un schnitzel (yo siempre lo llamaré milanesa) y una jarra de litro de cerveza. Al final, los lunes no están tan mal. Eso sí, después de la comida, mejor dar un paseo antes de empezar a ponerse con el proyecto.
Pero lo mejor del lunes es la hora de la comida, hay un sitio a 5 minutines de la universidad donde quizá porque es muy barato, es fácil sentirse como en España (parece que los españoles no tienen casa). El caso es que antes de ir ahí hay que concienciarse de que por la friolera de 22.5 PLN se puede uno meter entre pecho y espalda: ensalada, patatas fritas, un schnitzel (yo siempre lo llamaré milanesa) y una jarra de litro de cerveza. Al final, los lunes no están tan mal. Eso sí, después de la comida, mejor dar un paseo antes de empezar a ponerse con el proyecto.
Después le toca el turno al martes, donde lo más destacable es cuando voy a jugar a baloncesto. Bueno, voy a jugar al baloncesto con polacos, todos son polacos, y es la leche cuando el entrenador empieza a dar indicaciones, porque aunque el tío habla español, el resto no. Pero quiero dejarle claro a Doc que sigo haciendo caños a los rivales para dar pases.
El miércoles y el viernes suelen ser muy parecidos: clases de polaco y a partir de ahora, ponerse a trabajar un poco con el proyecto. Mi proyecto consiste en diseñar unos alerones, para unos coches... que no llevan alerones. Pero eh, antes de que empiecen las risas, este año si que pueden llevarlos, asi que si que voy a tener que trabajar. Además el viernes, suele ser día de poner la lavadora: ese gran espectáculo que me está convirtiendo en un hombre hecho y derecho que lava su ropa interior y se entretiene viendo cómo gira en la lavadora.
El jueves suele ser un día de relax, sobre todo si la noche anterior uno se ha ido a la barra libre de Mokotow, que cuesta la friolera de 10 PLN, pero luego toca ponerse a currar, a repasar algo de polaco (que parece que no, pero es complicado de cojones, y lo peor es que los polacos lo usan todo el día) y quizá ir a la compra.
Esto se supone que se titula Here comes the work, pero lo cierto es que tampoco se está muy agobiado, el fin de semana es muy fácil encontrar tiempo para salir de fiesta, ir a ver un partido de fútbol o una carrera, o ambas cosas a la vez; pero si que está viniendo el tiempo de trabajar. Por desgracia, yo tendré que empezar a estudiar para el que espero, sea mi último examen (aquí es dónde ruego a todos los lectores que se caguen en la madre que parió al profesor que firmó suspenso), además de ir haciendo presentaciones para los otros estudiantes, así que sí, ya es hora de empezar...
...eso sí, desde mi armario, os pido perdón por no contar gran cosa, y garantizo que la próxima entrada será algo más entretenida. Ya se que cuando juego al baloncesto no soy como Ray Allen, pero tengo su camiseta, que también cuenta. Y tampoco cuento todo lo que hago cuando salgo de fiesta, bueno, pues porque esto lo puede leer gente que aún se piensa que soy un ejemplo a seguir (de esos deben quedar tres). En fin, que hasta la semana que viene.
¡Sensacional! Habría que ver lo que comentan de ti en polaco después de esos pases de caño...
ResponderEliminarPD: Menuda pana de Milwaukee. :/
Acabo de ver el resumen, madre mía!
ResponderEliminarParece que estes controlando cual de las lavadoras es más rápida; el despacho mola. La próxima entrega haber si hay más fotos. Saludos.
ResponderEliminarla lavadora funciona aunque no la mires. Somos mas de tres los que pensamos que eres un ejemplo a seguir besos
ResponderEliminarPor cierto, después de lavar habrás planchado todo ¿verdad? :P
ResponderEliminarSi, claro!! ...mientras tu hacías los deberes!
ResponderEliminarMe parto con la foto delante de la lavadora modo filosófico.... "La vida gira....y gira....y yo aquí....sentado....viendo la vida pasar....y también mis calzoncillos....girando...."
ResponderEliminar...tu ríete pero fijo que Freud/Froiz empezó así su cadena de supermercados ^^