Anteriormente en The Warsaw Volta:
- ...la gente de la ESN nos ofrecía un viaje a Cracovia y al campo de concentración de Auschwitz...
- ...no estoy contento del todo con el viaje... Y no estoy contento por culpa del Erasmus medio.
- ...aunque estoy realmente encantado con muchas de las cosas que hace la ESN, con ellos no vuelvo de viaje ni aunque vayamos a coger billetes de 500 €.
Ahora ha llegado el momento de hacer aclaraciones: los que se encargaron de hacer el viaje más soportable son (de izquierda a derecha): Nacho, Fran, Miguel (a quien no pagué para jugar al ajedrez), Koke, Alba y María. Pero bueno, ahora vamos a lo que nos ocupa: la segunda parte del viaje. Una parte más triste que la anterior, no por los mismos motivos que en el viaje, sino por el destino. Y es que, el campo de concentración de Auschwitz, u Oświęcim en Polaco, es uno de los sitios más tristes que he visitado y para mi sorpresa, hay gente que va allí como si fuera un parque de atracciones (cosas del Erasmus medio). En cualquier caso, para aclarar que esto es serio, aquí están los números:
Auschwitz fue el mayor campo de concentración y exterminio de la historia del nazismo. Está situado en Oświęcim, un pueblo situado a más o menos 50 km de Cracovia. Estaba formado por tres campos principales: Auschwitz I, Auschwitz Birkenau y Auschwitz III, además de contar con un enorme número de
campos subalternos. En estos lugares, se realizaban torturas, humillaciones sexuales, trabajos forzosos en el campo, se mataba sistemáticamente a todo aquel que fuera niño (a excepción de los
gemelos) o viejo, o discapacitado; se utilizaba a los presos para adiestrar a soldados alemanes (si había que enseñar a un soldado alemán a extraer una bala, le pegaban un tiro a un preso) y se realizaban juicios a los presos detenidos, cuya sentencia más común era la muerte. Los presos, antes de morir en las cámaras de gas, morían fusilados o ahorcados. En Auschwitz, después de la liberación, también murieron militares alemanes, como el primer director del campo, Rudolf Hoss:
Nuestra visita empezó en el primer campo. Donde se puede ver el cartel que dice "el trabajo os hace libres", aunque el que se ve es una réplica del original. En este campo, los barracones, donde encerraban a los presos eran edificios de ladrillo, más o menos grandes. El recinto estaba rodeado por una valla de casi 3m de altura de alambre de espino electrificado, después de la cual se situaba un muro de la misma altura y de cemento. Parece dificil escapar, sin emmbargo hubo quien lo consiguió; cosa que a los nazis no les hacía mucha gracia, ya que por cada uno que escapaba, ellos mataban a diez de los de dentro.
No hay nada como el miedo para obligar a alguien a hacer lo que uno quiera. Los secuaces de Hitler lo sabían perfectamente y aplicaban todo tipo de estrategias para provocar el pánico a sus presos, desde amenazar con matarlos hasta colgarlos boca abajo para dar ejemplo a los otros presos. También sabían algo de química, o al menos aprendieron algo en Auschwitz, a parte de experimentos de esterilización, en Auschwitz I se hicieron pruebas con lo que a día de hoy no es más que un insecticida, pero por aquel entonces fue lo que mató a millones de gente: el
Zyklon B.
En Auschwitz I, se pueden ver muchas cosas, desde las prótesis o piernas ortopédicas que se requisaban en el "instituto de la eutanasia" hasta documentos de personajes como Rudolf Hoss en los que se ven las cuentas que había preparado para la solución final al problema judío. A mí, Auschwitz I me pareció enorme, había cosas expuestas que me dejaban sin adjetivos, pero creo que lo peor fue Auschwitz Birkenau.
Auschwitz II, o Birkenau fue el campo más grande del complejo. Tan grande que cuando llegamos, parecía que la valla de alambre de espino no tenía fin. Fue expresamente construido para llevar a cabo el exterminio de la población judía. Disponía de cuatro cámaras de gas y cuatro crematorios donde podían morir 2500 personas por cada turno. El sistema era: se les decía a los presos que iban a recibir una ducha desinfectante, les hacían desnudarse y dejar sus objetos personales, se les metía en la cámara de gas, se sellaba la misma, se introducía el Zyklon B y cuando el guardia encargado de sellar la cámara observaba a toda esa gente dejaba de moverse, inspeccioanaban a los presos en busca de dientes de oro y tras quitarselos, los mandaban al crematorio. En 1944 se usó más de una tonelada de Zyklon B, sólo en Auschwitz, si con 4 gramos bastaba para matar a una persona...
Se podría estar durante días hablando de este sitio y de sus horrores. De como los alemanes cobraban a los presos el viaje en tren con el pretexto de que los iban a reubicar en un sitio mejor, de como obligaban a algunos presos a morir de hambre y desgraciadamente, de muchísimas más cosas. Auschwitz no es un sitio turístico, no es un lugar para ir con los amigos de fiesta, pero si es un lugar al que hay que ir; porque como dice un cartel que está expuesto en un barracón: Aquel que no conoce la historia está condenado a repetirla.
Para el capítulo siguiente os contaré algo alegre... Nos vemos.